Salud, un estado de bienestar integral

Cada 7 de abril se conmemora el Día Internacional de la Salud con el fin de recordar que esta, es un derecho básico universal que no solo se limita a la ausencia de enfermedades, sino a un estado de bienestar integral del ser humano, que incluye también el aspecto físico, mental, emocional y sexual. 

El reto que tenemos como sociedad, es que todas las personas logren un acceso a la salud y a la prevención de enfermedades, incluyendo a las poblaciones más vulnerables; personas que cuentan con recursos limitados, comunidades indígenas, niños, niñas, adolescentes, trabajadoras sexuales y personas de la comunidad LGTBIQ+. 

Por otra parte, es importante priorizar la salud sexual, ya que se requiere de un enfoque multidisciplinario positivo y respetuoso dentro de ella y que esta incluya: prevención de infecciones de transmisión sexual, planificación familiar; así como, también la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, sin represión ni violencia de género, reconociendo y respetando la diversidad sexual.   

Para lograr la salud y el bienestar sexual integral, se requiere de:

  1. Acceso a la Educación Sexual Integral en escuelas y universidades, donde se informe sobre el consentimiento, la prevención del abuso sexual, del embarazo no deseado, prevención del VIH, VPH y otras infecciones de transmisión sexual.
  2.  Acceso al conocimiento de los riesgos que pueden correr y su vulnerabilidad ante las consecuencias adversas de la actividad sexual sin protección. 
  3. Posibilidad de acceder a la atención de salud sexual, incluyendo las disfunciones sexuales como: la anorgasmia, el vaginismo, el deseo sexual hipoactivo, disfunción eréctil, eyaculación retardada, y bajo control del reflejo eyaculatorio, entre otras.
  4. Acceso a métodos anticonceptivos y a la planificación familiar.
  5. Poder tener conocimiento del propio cuerpo, liberarse de la culpa y entender que el placer y los orgasmos son parte de la salud sexual.
  6. Respetar y darle la atención adecuada en los centros de salud a las personas trans. 

En conclusión, los gobiernos, las ONG, las instituciones educativas, las empresas, el sector privado, las comunidades, los profesionales del sector salud y los medios de comunicación, pueden generar aportes a la salud sexual. Es una responsabilidad colectiva, que requiere de compromiso para alcanzar una sociedad más justa y saludable. 

Recordar que la salud sexual es un aspecto fundamental para la salud y el bienestar general de las personas, las parejas, las familias, los países y, por lo tanto, para la humanidad. 

Escrito por: Eirelyn Gómez

@sexologaeirelyn 

Sexóloga, orientadora profesional para una sexualidad placentera, responsable y sin tabúes.

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